Cuando te diagnostican intolerancia o malabsorción de fructosa, la solución NO ES dejar de comer los alimentos que te sienten mal, puesto que los alimentos con fructosa son frutas y verduras, grupos de alimentos que constituyen la base de la dieta y que son los que aportan nutrientes más importantes como vitaminas, minerales, antioxidantes y fibra. 

La clave está en identificar la causa, ya que SIEMPRE hay una causa detrás, que si la solventas, solucionarás el problema. 

Salvo que tengas INTOLERANCIA HEREDITARIA A LA FRUCTOSA (IHF), un problema congénito debido a un fallo genético que impide la metabolización de la fructosa, lo cual es algo muy poco frecuente y que se detecta a edades tempranas, lo mas seguiro es que la causa de tu intolerancia o malabsorción a la fructosa venga por una alteración de la microbiota. 

MALABSORCIÓN DE FRUCTOSA O INTOLERANCIA ADQUIRIDA A LA FRUCTOSA..

Cuando la intolerancia o malabsorción a la fructosa es adquirida, es decir, aparece de rempente, hay una causa detrás y presamente es ahí donde hay que buscar.  Esta causa generalmente está relacionada con la microbiota, por lo que en una colonscopia no se va a encontrar nada. 

Puede haber 2 causas principales: 

1- Alteraciones en la microbiota, presencia de parásitos, sobrecrecimiento de hongos o de levaduras como cándidas o sobrecrecimiento de bacterias u otros microorganismos  van a generar sustancias tóxicas por su propio metabolismo de digestión (fermentación).  Estas toxinas vas a producir una inflamación de las paredes del intestino, bloqueando a los trasnportadores de fructosa, o sea las puertecitas por donde la fructosa deben entrar del intestino al interior del organismo y ser transportada al higado para ser procesada.  Estra fructosa que no es absorbida por el intestino y no llega a su destino, se queda dentro de la luz intestinal y sigue recorriendo el intestino «rio abajo» hasta llegar al cólon, donde 150 billones de microorganismos la están esperando para darse un festín.  En la digestión (fermentación) de la fructosa por parte de estos microorganismo se producen gases y van a ser los responsables de la hinchazón, distensión, dolor, diarrea explosiva o estreñimiento, cansancio, dolor de cabeza, problemas en la piel, etc, etc. 

2. SIBO.  En la mayotía de los casos de supuesta intolerancia a la fructosa lo que hay realmente es un SIBO.  He visto cientos de test de intolerancia a la fructosa con niveles de hidrógeno o de metano altísimos en los minutos 30, 60 o 90, lo cual indica que la fermentación de la fructosa se está dando en intestino delgado (lugar donde en condiciones normales deberían haber pocas bacterias y la fructosa normalmente es absorbida). Lo que está ocurriendo aquí es que la fructosa está cayendo en manos de las bacterias antes de que intestino delgado consiga absorberla, bacterias que están en sobrecrecimiento y que no deberían estar ahi o no al menos en esas cantidades.  Los gases producidos por fermentación de la fructosa por parte de estas bacterias van a generar la sintomatología característica con la diferencia que al producirse en intestino delgado,estos gases quedan atrapados, no tienen por donde salir y la barriga se va hinchando e hinchado a medida que avanzan las horas del día, dando la sensación de tener gases pero que no puedes expulsarlos. 

En los dos casos expuestos, la solución será tratar el problema con la microbiota, una vez solventado dicho problema, se podrán reintroducir alimentos que contengan fructosa con exíto. 

Si este es tu caso escríbeme sin compromiso y te contaré cómo puedo ayudarte a solucionarlo. 

angelsorianonutricionista@gmai.com